Durante el verano he tenido una desconexión (y desintoxicación) intencionada de la la tecnología, para pasar momentos de reflexión e introspección.
Hoy te cuento cómo me ha ido esta desconexión y cómo ha permitido despejar mi cabeza, haciendo que tenga menos «ruido» y ser capaz de vivir el momento.
Además doy unas pinceladas sobre cómo me he marcado nuevos objetivos para el nuevo curso (año nuevo para mi) y el proceso de puesta en marcha, de nuevo, de mi sistema de productividad.
Consejos:
- Dedícate tiempo a ti mismo y a conocerte, sal de las rutinas y haz una introspección dentro de tu mente.
- Haz desconexiones regulares de las redes sociales y de la tecnología en general. Vendrán bien para poner en perspectiva su uso y la intencionalidad que le quieras dar.
- Llena tu mente de material de calidad. Valora lo que lees, lo que ves y lo que escuchas. Alimenta tu cerebro con una dieta saludable.
- Permítete aburrirte. No saques el móvil cada vez que no tengas nada que hacer. Tendrá un impacto muy positivo en tus ideas y creatividad.
- Empieza un diario. Es una forma muy eficaz de ser consciente y reflejar lo que tienes en el pensamiento y pasar tiempo de meditación y reflexión.
- Haz una revisión profunda de tu sistema productivo porque es una de las cosas que te salvan del caos diario y te ayudan a tener despejada la cabeza cada día.
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